LA HORA DE COMER
Socialmente "sentarse a comer" tiene una significación familiar, afectiva, que va más allá del hecho -vital- de nutrirnos.
Por eso es importante que los niños y niñas no vivan el comedor como una secuencia obligatoria como si ésta fuese el cumplimiento de otro curriculum basado en el estrés. Tanto la obligación de comer o el tiempo "muerto" posterior, que no es más que un aparcamiento hasta la continuación de la rutina escolar. Todo ello contribuye a incrementar la tensión y a crear un momento que debería estar alejado del comedor militarizado o serializado.
Es importante establecer rutinas y estructuras, pero no hacer de ellas un objetivo para quedar atrapados en un sin sentido. Lo razonable es que sean los propios niños y niñas quienes gestionen ese momento de encuentro social, que contiene también un potencial enorme de convivencia y pertenencia mutua.
Traer de casa la comida, que ésta sea lo más simple y natural posible, consensuada con los niños, es el camino que emprendimos y que funciona eficazmente.
La jornada lectiva hasta las 14h (a pesar que la escuela permanezca abierta hasta las 16h) contribuye a promocionar los vínculos familiares y comer en casa, cuando la conciliación horaria familiar así lo permita.
Portes Obertes
24 Febrer 2024 a les 11h
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