LIBERI: escuela primaria, Premia de Mar Barcelona

LOS LÍMITES

En la escuela hay pocos límites, y claros.

Para los niños:

Todos los materiales y ambientes están para ser utilizados de la forma que cada niño o niña desee o necesite. La única condición es: no romper ni estropear las cosas; y al acabar, dejarlo todo recogido.

Mientras otros niños están trabajando o jugando, no podemos molestarles.

Todas las emociones son válidos, también el enfado, la rabia, la tristeza. Pero, aquí, no todas las formas de expresarlos son aceptables. No podemos pegar ni agredir a otros niños.

Para los adultos:

Los niños aprenden en función de sus intereses y necesidades. Los adultos no podemos dirigirles, ni anticiparnos.

Ni siquiera de formas amables o sutiles.

Más importante que lo que se aprende en sí, es cómo se aprende. Los niños necesitan “descubrir” las cosas por sí mismos. Los adultos nunca diremos “esto se hace de esta manera”, sino en todo caso –y siempre a partir de la iniciativa del niño- “yo esto lo hago de esta manera” (pero está implícito que puede haber otras maneras igual de válidas).

El trabajo y el juego son sagrados. No los interrumpimos.

Los niños saben qué pueden y qué no pueden hacer físicamente (y si por su experiencia anterior no lo saben, necesitan descubrirlo). No impedimos actividades físicas espontáneas de los niños “para que no se hagan daño”.

Los conflictos son dolorosos para todas las partes implicadas, y debemos manejarlos con toda la delicadeza que requieren, para no herir a nadie. Si un niño intenta agredir a otro, lo impedimos físicamente, pero no le hacemos sentirse peor de lo que ya se siente, sino que le acompañamos, y le aceptamos, en un proceso muy largo en el cual, muy poco a poco, el propio niño aprenderá a explicarse –y si quiere, explicar- lo que le pasa.

LIBERI: escuela libre, Premia de Mar Barcelona

Portes Obertes


24 Febrer 2024 a les 11h


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